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Johana – Maestría con Crédito-beca de Colfuturo

Soy Johana, vivo en Alemania desde hace dos años y medio. Hice mi Maestría en la ciudad de Kaiserslautern en la región de Rheinland-Pfalz, en “Ecología y Biodiversidad Microbiana”, la cual culminé hace poco tiempo. Ahora, estoy viviendo en la ciudad de Bonn, ubicada en Nordrhein-Westfalen.
Desde que empecé mis estudios de pregrado en Bogotá, tenía muy claro que una vez terminara, quería hacer un postgrado en el exterior, ya que eso traería muchos beneficios tanto a mi vida personal como profesional.
Encontré en Alemania, el lugar ideal para hacer este sueño realidad, con muchas opciones muy llamativas de programas de maestría que se ajustaban a lo que quería estudiar, así como la diversidad cultural que ofrece Alemania. Durante el proceso de aplicación a diferentes universidades, me pude dar cuenta de la organización y exigencia por la que se destacan los alemanes, desde ir a la embajada para autenticar documentos hasta pedir la visa de estudiante. Es un proceso que requiere hacerlo con tiempo y dedicación. Pude hacer mi maestría, gracias a que fui seleccionada por el programa Crédito-beca de Colfuturo.
La Maestría fue todo un reto para mí: yo era la única estudiante internacional, y aunque inicialmente el programa era ofrecido en inglés, tuve que ver varias materias en alemán, sin contar que salí de Colombia sin haber tomado algún curso básico de alemán. Sin embargo, debido a que el grupo con el que inicié la Maestría era pequeño, tuve mucha colaboración y ayuda por parte de mis compañeras (todas alemanas por supuesto) y de los profesores, que siempre estaban dispuestos para ayudarme a resolver dudas. A partir de esta experiencia, empecé a hacer el curso de alemán, y aunque aún me falta por aprender y mejorar, ha sido bastante provechoso.
Una de las cosas que más me impresionó de la gente alemana, es su calidez humana. Tenemos la imagen de que los alemanes son fríos y distantes (por supuesto los hay) pero conocí y sigo aún conociendo alemanes que una vez te conocen, te abren no solo las puertas de su casa sino de su corazón.

Aunque extraño muchas cosas de mi país, como mi familia, la comida, el clima y los paisajes colombianos, me ha gustado de Alemania la organización para todo, la seguridad, el reciclaje, la cultura de la gente y la posibilidad de poder encontrar oportunidades que me permitan desarrollarme profesionalmente; aún me sigo sorprendiendo de sus paisajes, del clima “loco” en primavera y la nieve.

Mari – Au Pair, validación de título y especialización

Tomé la decisión de emigrar por la situación política de Venezuela, por allá en el 2015.
Por recomendación de un amigo, encontré la red de Aupairs en el mundo, donde me postulé para probar mi suerte. Y la suerte me sonrió cuando encontré una maravillosa familia en Alemania que estuvo dispuesta no solo a recibirme en su hogar por un año, sino también, a ayudarme a realizar mis sueños de establecerme en el exterior. Gracias a ese golpe de suerte y a la perseverancia, hoy en día hago vida en este hermoso país como Odontólogo, la carrera universitaria que culmine en Venezuela, y continuó estudiando en el área.

Lo más desafiante ha sido aprender el idioma, pues esto es determinante para cualquier rumbo que decidas tomar. Por otra parte, lo más bonito es experimentar la cultura y la libertad que otorga vivir en democracia. A lo que aún no me acostumbro es a los duros inviernos, pero son compensados gratamente con las oportunidades económicas que tienes de viajar a sitios más cálidos por estas épocas y a lo cálido de los veranos.

Alemania es un país que acoge a los extranjeros con beneplácito e integra a todos aquellos que estén dispuestos a contribuir en su desarrollo socioeconómico y cultural. Las oportunidades están allí para todo aquel que decida tomarlas.

Jimena – Au Pair, voluntariado social FSJ y Maestría

Mi vida tomó un nuevo rumbo desde que vine de paseo a Alemania por primera vez en el 2013. Cuando volví a Colombia tomé la decisión de hacer una maestría en Alemania. El primer paso fue empezar un curso de alemán.
Después de investigar y preguntar a amigos y conocidos decidí que la mejor opción era viajar como Au-pair; por medio de una agencia online (en la que no tuve que pagar nada) conseguí una familia en Baviera, ellos me enviaron el contrato y el seguro médico, yo presenté el examen A1 de alemán en el Goethe-Institut, fui a la embajada y empezó mi aventura.
Llegué a una pequeña ciudad cerca de Múnich, lo cual fue una gran ventaja; en menos de media hora ya estaba en el centro de Múnich y gracias a eso pude explorar una de las ciudades más bellas y famosas de Alemania. Pude ir al festival de la cerveza más grande, el Oktoberfest, y vestir el traje típico, el Dirndl, aunque me sentía bastante rara todos lo llevan con mucho orgullo. Otra de las ventajas fue conocer personas de otros países y conocer nuevas culturas, que te hacen ver el mundo de una nueva forma.

Luego de vivir un año con una familia alemana en la que debía hablar español con las hijas, consideré que mi alemán no era el adecuado para aplicar en las universidades, así que decidí buscar un voluntariado (FSJ – Freiwilliges Soziales Jahr). Conseguí un puesto en un Kinderhort (guardería) durante un año (el máximo permitido son 18 meses); allí no era necesario un nivel específico de alemán, ellos ya habían tenido voluntarios de otros países y sabían que es una gran oportunidad para mejorar el idioma.

Para solicitar la Visa de FSJ solo necesité el contrato. El salario base eran 363€ más 289€ para vivienda, la cual tuve que buscar por mi cuenta. Con ese dinero pagaba un cuarto, el tiquete de tren y el curso de alemán, y final de mes me quedaba muy poco, pero como comía en el trabajo tampoco necesitaba más. Al terminar el FSJ me dediqué tiempo completo a prepararme para presentar el TestDAF para certificar el C1 de alemán, y a aplicar a distintos programas de maestría.

En este punto ya tenía mi diploma y mis notas de Colombia traducidas al Inglés y apostilladas, aquí en Alemania tuve que ir a una Notaría para sacar copias oficiales (por ser traducidas al Inglés). Finalmente fui aceptada en la universidad de ciencias aplicadas de Múnich (Hochschule München), así que después de más de 2 años por fin estaba alcanzando mi meta. Hoy en día sigo aquí en Múnich, tal vez una de mis ciudades favoritas, a punto de terminar mis estudios y empezar una nueva etapa.

Este viaje no ha sido fácil, pero siempre diré lo mismo y es que no me arrepiento y lo volvería a hacer.

La cultura alemana y colombiana tienen sus similitudes y sus diferencias, pero cuando uno llega solo a este país inevitablemente son más fuertes las diferencias y muchas veces me pregunté si había tomado la decisión correcta; al hacer una mirada al pasado me doy cuenta de todo lo que he aprendido y crecido como persona y cada vez que alguien me dice que quiere irse a otro país, les digo que no lo duden, que se lancen a la aventura.